La tétrada explicativa. Aunque la razón me dice que todo en este mundo tiene una causa de creación, mi mente humana no logra comprender la creación universal. Pero, si lo que había era nada, un vacío, ¿cómo hoy somos vida?
Un soplo de Conciencia; Dios. No el ser personificado sino una energía, como la luz y el calor irradiado por el sol, que envuelve a cada persona de este mundo porque es capaz de llegar hasta el último rincón.
Pero sigo sin comprender. No doy para más. Mi falta humana me ciega y por eso una revelación. Al principio un diluvio, luego una zarza ardiente, con la respuesta más clara en voz; Yo Soy.
Y ahí caí de rodillas. Confianza y creencia. O mejor dicho, fe, complementando razonamientos o derribándolos por completo, de ser necesario. Fe que está en mi cuerpo, mis entrañas y que puedo invocar siempre.
Libros, versículos y palabras. Palabra. La Palabra y La Oración, con las que converso y hago viva mi fe, con las que me conversan o me gritan cuando no estoy escuchando.
Nada estuvo detenido nunca. Todo ha estado en movimiento siempre. Juegos de palabras que aparentan ser confusos e incorrectos, pero no lo están. Todo por querer encontrarles razón, donde solamente hay fe.
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